En torno
al 7.000 a.C comenzó el Neolítico (significa Edad de la Piedra Pulimentada),
periodo que se extendió hasta el 4.000 a. C. aproximadamente, fecha en la que se considera que
empieza la Historia (3.250 a.C.) con la aparición de la escritura. Se produjo un profundo cambio que se produjo en la
economía que pasó de ser cazadora y recolectora, a agricultora y ganadera.
El Neolítico
Entre el final del
Paleolítico y el principio del Neolítico se produjo un cambio climático
que hizo aumentar la temperatura de la Tierra.
Los grandes animales herbívoros
se retiraron hacia el norte y esto hizo escasear los alimentos lo que obligó a
las personas a buscar otras fuentes de alimento.
Durante mucho tiempo,
observaron cómo nacían la plantas, lo que les llevó a cultivarlas. Surgió, así,
la agricultura. Esto posibilitó que el ser humano dejara de ser
depredador para convertirse en productor.
Este cambio produjo modificaciones en el estilo de vida y en las herramientas utilizadas. Los útiles se perfeccionaron y algunas fueron de piedra pulimentada. Algunas nuevas herramientas fueron azadas para cavar, hoces para segar, hachas, picos, molinos para el grano, etc. También se descubre la cerámica, que permitió guardar el grano, y el tejido para fabricar prendas de vestir.
Comenzarían a mantener en cautividad animales
salvajes que tenían a su alcance, domesticando ovejas, cabras, perros o bueyes: se desarrolló la ganadería.
La
agricultura permitió a los seres humanos hacerse sedentarios,
instalándose cerca de las tierras que cultivaban y al lado de cursos de agua.
Los
primeros asentamientos favorecieron la aparición de
poblados formados por pequeñas cabañas hechas de barro y paja,
situadas en zonas poco elevadas.
Surgió el
concepto de propiedad privada. La tierra, o los utensilios pasarían a tener un
carácter personal, y esto originó las primeras desigualdades sociales y, en
consecuencia, las primeras formas de poder político.
En estos poblados se
desarrollaban diferentes actividades, en el que se especializaron distintas
personas. Surgió así la división del trabajo.
El culto a
los muertos sigue siendo muy importante. Las personas del Neolítico creían en la existencia
de espíritus en cuyo honor celebraban diversos ritos religiosos. Rendían
culto a los muertos, a los que enterraban con sus objetos personajes
(ajuar) debajo de las viviendas o cementerios (necrópolis).
La pintura es la
principal manifestación artística. Se localizan al aire libre o en abrigos
rocosos y se caracterizan por su esquematismo (sólo se dibujaban los
rasgos generales de los personajes representados), por lo que pierden realismo.
Las pinturas representaban escenas de caza, recolección o danzas espirituales.
A finales
de este período aparecen monumentos megalíticos con una clara función
funeraria como los dólmenes o los sepulcros de galería. Otros monumentos
megalíticos fueron los menires y los cromlechs.
Retrocederemos doce mil años, hasta el final de la Edad de Hielo, cuando el hombre se hace sedentario e inicia una compleja evolución llena de descubrimientos asombrosos que transforman todo su mundo.
El sedentarismo trae consigo el concepto de propiedad y el hombre trata de abastecerse creando toda una cultura en torno a la agricultura y ganadería, observando la naturaleza y modificándola para su beneficio. La ganadería trae consigo enfermedades infecciosas y epidemias que arrasan pueblos y ciudades.
Surge la tiranía del poder y el deseo de superar los límites y conquistar da lugar a las guerras. También el desarrollo del comercio propicia la aparición de la escritura, utilizada para beneficio de los poderosos.
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV